jueves, 13 de octubre de 2011

La balanza de la vida

Un artículo publicado en Somos EAFIT 118 de agosto-septiembre de 2011 por la psicóloga Gloria Elena Betancur Jiménez, adscrita al departamento de Desarrollo estudiantil de la Universidad EAFIT hace una reflexión sobre el equilibrio que debemos dar los seres humanos a las diferentes dimensiones que debemos atender. Resalta la importancia de dar un alto en el camino para re-conocer y re-organizar las prioridades, que cambian de acuerdo al momento de la vida en el que nos encontramos.

A continuación publico el texto con permiso de la autora:

La balanza de la vida

La complejidad y las exigencias de la vida cotidiana demandan tiempo, dedicación, energía y esfuerzo. Cada ser humano tiene no solo una función que atender, sino varias: a nivel personal, familiar, afectivo, laboral, profesional, social… ¿cuál de todas estas atender?, ¿a cuál función prestarle más atención o dedicarlo más tiempo, si cuando una de ellas se problematiza tiene efecto en las demás?

Cada una de las elecciones que se toman en la vida demanda, en ocasiones, más tiempo, esfuerzo y energía de la que en principio se pensó. ¿Es posible equilibrarlas y atenderlas a todas en su justa medida?

¡Cuánto nos angustia el ceder tiempo a una de las funciones y quitárselo a otras!

Creo que no habría formula en el mundo que nos ayudara a equilibrar el tiempo y las funciones adquiridas a través de las elecciones. Pero si podría ayudarnos si nos formulamos una pregunta:

¿A cuál de las funciones que he decidido asumir le dedico menos tiempo?, que pasa, que siempre que tengo dificultades, o sin tenerlas, el mayor tiempo se lo dedico a una de las elecciones que he tomado en detrimento de las otras?

La respuesta a estas preguntas puede darnos una idea de, no solo del equilibrio o no de la balanza, sino cuales son las elecciones a las que les dedico menos tiempo y esto deriva en la pregunta ¿qué pasa que descuido ciertas elecciones?

La respuestas nos conduce a: ratificar una decisión consciente y razonada de ceder el tiempo de esta elección dado que las otras requieren más de mi atención ya que mi deseo lo tengo en este momento puesto allí o, por el contrario, a percatarnos que inclinamos la balanza hacia algunos de las funciones inconscientemente, es decir, sin pre-meditarlo.

Solo un alto en el camino nos permitiría re-conocer y re-organizar las prioridades. Ojalá no con la disculpa de que las cosas no tienen posibilidad de modificarse.